Hace más de 25 años camino el universo de las terapias holísticas y acompaño procesos de transformación interior mientras sigo habitando el mío y entre caídas, búsquedas y vueltas a casa, aprendí que no hace falta que todo afuera esté en orden para empezar a sanar.

Podés empezar ahora, desde donde estás. Porque sanar no es un destino: es un modo de volver a vos

Mi enfoque une lo invisible con lo concreto, lo humano con lo espiritual.

Acompaño a personas que buscan alivio, sentido, o simplemente un espacio donde poder ser, sin máscaras ni exigencias. 

Trabajo desde una mirada integradora con la certeza de que todo está conectado.

El cuerpo, la mente, las emociones y el alma hablan un mismo idioma, aunque a veces no sepamos escucharlo.

Porque hay dolores que no se ven, pero se sienten.

Emociones retenidas, nudos invisibles, memorias que el cuerpo guarda y el alma susurra. Y es ahí, en ese territorio sutil pero real, es donde empieza mi trabajo.

No busco “arreglarte”, porque vos no estás rota.

Acompañó desde la escucha profunda, para que lo que duele pueda ser reconocido, nombrado y soltado. Para que lo no dicho encuentre su cauce, y lo no sentido, su alivio.

A través de herramientas energéticas y emocionales, facilito procesos para liberar bloqueos, armonizar el campo energético y volver al eje interno, ese lugar calmo que siempre estuvo ahí, esperando que lo habites.

Con los años entendí que sanar no es llegar a una versión mejor de una misma.

Es volver a la más verdadera.

Es recordar quién sos, debajo de todo lo que te contaron

Es volver a vos, sin exigencias ni moldes.

Si sentís ese llamado, te invito a empezar el camino de regreso con estas herramientas simples, poderosas y cotidianas.